Un año más como colofón de final de curso, nuestros mayorzotes fueron a la granja-escuela. Qué bien lo pasamos!! es un día inolvidable para todos. Verles sus caritas expectantes desde el primer minuto que subimos al autobus hasta que volvemos de regreso, es un gusto, que no tiene precio.

Comenzamos la mañana montándonos en el autobus, que les hace mucha ilusión. Cada uno va con su compañero sentado y viendo por la ventana el paisaje.  Nos van contando lo que ven, hasta que por fin vemos a lo lejos la Granja…que contentos se ponen!! Nada más llegar vinieron nuestras monitoras a presentarse y a decirnos las actividades que tenían preparadas para nosotros.

Y comenzamos entrando en las preciosas casitas de setas para el taller de galletas. La verdad que son una monada las setas, parece totalmente que estemos en el cuento de «Blancanieves y los siete enanitos». Allí todos disfrutaron elaborando nuestras galletas, nos encantaba tocar la harina y mancharnos con ella la nariz. Cuando terminamos, nuestras monitoras se llevaron  las galletitas con el duende panadero a meterlas al horno para que se hicieran, y nosotros salimos por el tobogan de la setita para ir a los corralitos de los animales.

Después llegó nuestro ratito de mayor diversión era el momento de entrar en los corralitos y disfrutar de todos los animalitos que vieramos, cabras, gallinas, ovejas, pollitos, conejos…todo fue super divertido. Qué carita ponián al tocar de cerca a los animalitos, o dar de comer a las cabras, o coger a los conejitos.

Una vez que terminamos los corralitos, fuimos a visitar al pony para darnos un buen paseito en él y como no podía ser de otro modo tambien le cantamos la canción de «Pichirilo», pues casualmente era el nombre de nuestro Pony. Todos nos montamos encantados, aunque alguno tuviera un poco más de respecto a los animales al ver a sus amigos se les quitaba ese miedillo y todos disfrutabamos muchísimo.

Una vez terminado nuestro paseito en pony, fuimos a visitar a algunos otros animalitos que nos faltaban por ver, como las ocas y los patos, la vaca, el burrito, y las avestruces.

Después repusimos fuerzas con nuestra comida y reposamos escuchando los cuentos del «Duende bibliotecario», dimos un último vistacillo a nuestros amiguitos los animales, mientras con pesar les ibamos diciendo un hasta pronto!!

y así fue como transcurrió un día muy especial, que jamas olvidaremos!!… y en el que nos llevamos más de una felicitación por el buen comportamiento de nuestros principes y princesas, por como habían escuchado a las monitoras mientras nos explicaban las características de cada animalito y de lo bien que haciamos el tren a la hora de desplazarnos de un sitio para otro.

Los hicisteís genial, campeones!!