Jugando con los cinco sentidos

Nuestros mayorzotes han realizado un taller de experimentación de los cinco sentidos. Ha sido una actividad muy divertida para todos ellos, les encanta todo lo que crea expectación y así era una manera de disfrutar con los sentidos.

Comenzamos con una presentación colocando en una mesa todo lo que necesitábamos para experimentar. Para el sentido del gusto, probaron naranjas y limones, comprobando, el ácido,  el dulzor, y  la temperatura de los alimentos en la boca. Para el sentido de la vista, realizaron unas láminas con papeles de colores, para que al mirar a través de ellos, pudieran observar el paisaje de diferente tonalidad. Para el sentido del oído realizamos un sin fin de ruidos con distintos instrumentos. Para el sentido del tacto, metimos distintos objetos dentro de unas cajas y tapando a los niños los ojos, les pedimos que metieran las manos en la caja y nos contaran que objeto estaban percibiendo a través del tacto. Y para el sentido del olfato, trajimos unos perfumes que les dimos a oler y disfrutar de su aroma.

 

Comenzamos con el sentido del gusto, por supuesto la naranja fue algo que les encantó a todos. La saboreaban y chupeteaban encantados, se nota que la gran mayoría la conocen de sobra. Pero no sucedió lo mismo con el limón. Muchos de ellos en cuanto chuparon un poco y notaron su acidez decidieron rotundamente no volverlo a probar, aunque también es verdad que algunos se lo tomaron muy gustosos.

El sentido del olfato fue muy agradable para todos, nos decían que olía muy bien el olor de la colonia. Tal vez teníamos que haberles enseñado el contrapunto, pero ese olor suele ser conocido por ellos siempre cuando realizamos los cambios…jejeje.

Con el sentido de la vista realizamos una observación del paisaje asomándonos por la ventana con distintos colores. La mayoría querían mirar con el rojo, no se si era tal vez uno de los tonos más fuertes y por ello veían una diferencia muy clara.

 

Depués nos lo pasamos fenomenal jugando con el sentido del tacto. Tenían que cubrirse los ojos y sobre todo adivinar lo que notaban con las manos que contenían las cajas.  Era muy divertido pues algunos tenían cierto temor a meter la mano pero luego cuando descubrían cosas muy conocidas por ellos, como tierra, piñones, hojitas… entonces se sonreían cuando eran capaces de identificar lo que tenían entre manos.

Y finalizamos la sesión jugando con los instrumentos haciendo ruido y después buscando el silencio para el sentido del oído. Fue una mañana de los más aprovechada. Nos lo pasamos genial!!

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